Tesoro del Caucáso.

Georgia, situada en la costa del Mar Negro, comparte fronteras con Rusia al norte y noroeste, con Turquía y Armenia al sur, y con Azerbaiyán al sudeste.
Es la cuna de uno de los alfabetos más antiguos del mundo, con una cultura rica y diversa, así como su gastronomía, mezcla de oriente y occidente.
En su capital Tbilisi se mezclan el pasado y el futuro; si paseamos por la ciudad observamos sus casas inclinadas, sus antiguas iglesias de piedra: la Iglesia de Metekhi, la catedral de Sioni y la pequeña basílica de Anchiskhati entre otros monumentos. Dominando la ciudad se encuentra la fortaleza de Narikala, que fue un lugar importante tanto para los locales como para cada invasor que pasó por Tbilii.
La región vitivinícola de Kakheti, donde podemos encontrar 500 tipos diferentes de uva, fue el primer lugar donde se fabricó vino hace unos 8 mil años. Así pues la palabra “vino” procede de la palabra georgiana “ღვინო”/“ghvino”.
Otro de los atractivos de Georgia es deleitarnos con su bella naturaleza: montañas de gran altura, sus caudalosos ríos, los pueblos que se esconden en los valles, su fauna y su flora que nos sorprenderán.
Es un destino ideal para recorrer lugares recónditos como Vardzia, ciudad compuesta de cuevas; Uplistsikhe, población excavada en la roca del primer milenio A.C; el monasterio de Jvari; o la catedral de Svetitskhovell donde se dice que está guardada la túnica de Cristo.
Para los amantes del trekking, nada más sorprendente que explorar las montañas del Gran Cáucaso, como Svaneti, región de alta montaña declarada patrimonio mundial de la Unesco, donde podrán deleitarse observando sus bellos glaciares y sus pueblos medievales.
Georgia también nos ofrece una gran variedad gastronómica para los paladares más exquisitos que merece la pena degustar: cerdo mtsvadi, nazuki, khachapuri, kinkhali, churkhela…

¡Bienvenido a Georgia!